Tras 23 años a sus espaldas, llega el momento de decir adiós al archiconocido logotipo de la Formula 1.
Ejemplo en la mayor parte de escuelas de diseño sobre el uso de los blancos y negros, fue creado en 1994 por Carter Wong para ser usado en el campeonato del mundo de monoplazas y, sin alteraciones gráficas, ha permanecido hasta el final de esta temporada, en la que se ha despedido dejando paso a la nueva imagen, con su correspondiente identidad visual de la mano.
La agencia encargada del trabajo ha sido Wieden Kennedy reduce a la mínima expresión (aún más) la gráfica para ser formada por una F y un 1 que pretenden expresas la velocidad y las curvas en circuito que los vehículos atraviesan en cada carrera.
Pero el trabajo no ha quedado sólo en eso, y es que además del logotipo, ha sido creado todo un sistema de identidad visual que pasa por la creación de tres tipografías específicas de Marc Rouault (F1 Regular, F1 Turbo y F1 Torque) para titulares y elementos gráficos tanto en tinta como en digital; un conjunto que no ha estado exento de polémica al respecto.
Obviamente, aquellos diseñadores nostálgicos y seguidores más puristas de la Formula 1, añorarán el nostálgico e icónico logotipo con el 1 transparente (aquél que muchos no apreciaron hasta la clase de diseño en la que se habló de el) pero además de la temporalidad, la razón de Liberty Media (propietarios de la F1) sobre sus problemas de visibilidad sobre nuevos elementos gráficos tienen cierta razón.
Como aficionado al mundo del motor y de la Formula 1, pero también como diseñador, creo que un rediseño de la marca F1 era necesario con el objetivo de cerrar el círculo con respecto a los cambios actuales del campeonato (nuevo equipo gestor, adaptación a la era online, etc.) y con la modernización y evolución del automóvil de competición en la categoría máxima.
Y es que, si la filosofía de los monoplazas y sus escuderías es la de encontrarse constantemente a la vanguardia de la técnica, evolucionando y luchando con la tecnología y la física para hacer vehículos más rápidos y dinámicos.
¿No deberíamos extrapolar esto también a la imagen e identidad con la que se representa al público este «aura» de diseño gráfico que envuelve a los coches?